La versión diesel del nuevo Fiat Panda es la más cara de toda la gama, pero a la vez es la más interesante por el excelente rendimiento de su motor y por su bajísimo consumo –los otros motores con los que se ofrece el Panda son de gasolina: un 1.2 de 69 CV y un bicilíndrico 0.9 Turbo de 85 CV-.
Adapta la conocida mecánica 1.3 JTD de 75 CV y consume sólo 3,9 l/100 km. Además, sus prestaciones son bastante buenas teniendo en cuenta que la potencia del motor no es elevada -acelera de 0 a 100 km/h en 12,8 segundos y alcanza 168 km/h- y ofrece buena respuesta en toda la curva de potencia, aunque quizá le vendría bien un poco más de energía antes las 1.600 rpm para hacerlo más agradable en conducción tranquila.
Respecto al antiguo Panda al que sustituye, el nuevo resulta un poco más amplio, su calidad ha aumentado ligeramente y su postura de conducción ahora es mejor. La carrocería mide 3,63 metros de largo, 1,64 de ancho y 1,55 de alto y da cabida a cuatro pasajeros aunque, por 150 euros, puede instalarse un asiento trasero de tres plazas, es decir, cinco en total.
Esta versión diesel, de momento, sólo se ofrece con el acabado más equipado, el Lounge –sólo existen dos en toda la gama-. Forman parte del equipamiento de serie el aireacondicionado, el equipo de audio con reproductor de Mp3 o los cuatro airbags. La parte negativa es que el control de estabilidad no puede instalarse ni como opción. Por dentro, el diseño del salpicadero está más trabajado que en el antiguo Panda y la calidad de materiales ha mejorado un poco. Eso sí, la disposición de algunos mandos continúa siendo mejorable ya que, por ejemplo, los de los elevalunas están colocados junto a la palanca de cambio.
En ciudad, el Panda es un coche muy ágil, ofrece una excelente visibilidad y dispone de la función City de la dirección asistida eléctrica que sirve para ‘ablandarla’ y que sea más cómoda de manejar. Esto está muy bien para ciudad, pero no tanto para carretera, pues se pierde sensibilidad en la dirección. En autopista el Panda cuenta con suficiente aplomo, aunque otros modelos del segmento, como el Kia Picanto, son mejores en este aspecto. Por otro lado, es un coche muy cómodo para su tamaño, pero la suspensión es demasiado blanda, lo cuál se nota en tramos de curvas o cuando el viento lateral pega con fuerza.
En conclusión, el Panda 1.3 JTD es un microurbano que tiene muchas virtudes como, por ejemplo, un espacio interior muy aprovechado, un buen comportamiento en ciudad o un motor que ofrece una muy buena relación entre prestaciones y consumo. Lo único criticable del propulsor es que es demasiado rumoroso, sobre todo en frío, y que el ESP no viene de serie ni se ofrece como opción.
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